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Un día como fue el 2 de diciembre; pero en el año 1928, nacía en Santo Domingo, antigua provincia de Las Villas, quien llegara a ser un Grande de la medicina, la cirugía y, muy especialmente, la cirugía cardiovascular, el DrC Julio Noel González Jiménez, a quien, por su aporte a la medicina, la cirugía, la salud pública y la educación médica cubanas, nuestra Sociedad Cubana de Historia de la Medicina le otorgara -merecidamente- la categoría de Miembro de Honor, en el año 2010.
Se graduó de doctor en medicina en 1954. Con grupos quirúrgicos dirigidos por los doctores Raúl Trillo Gómez y Alejandro Carrió Caballero, en su querido Hospital Universitario "General Calixto García" dio sus primeros pasos como cirujano general con Carrió, luego Trillo le habló, por primera vez, de trasplantes de órganos. Comenzó la práctica de cirugía torácica y cardiovascular con la tutoría del doctor Antero Sánchez.
En 1957, se trasladó durante un corto tiempo a la Patria de Abraham Lincoln, al Hospital Universitario de Minneapolis, donde bajo la jefatura del doctor Walton Lillehei, se puso en contacto con la fase comenzante de la cardiocirugía abierta con circulación extracorpórea.
Sus inquietudes y aspiraciones profesionales no le impidieron comprometerse también con la lucha anti-batistiana. Miembro de una célula clandestina del M-26-7, cooperó también con otras organizaciones revolucionarias, en especial con el Directorio Revolucionario 13 de marzo, por sus estrechos vínculos con José Antonio Echeverría, Fructuoso Rodríguez y otros compañeros de esa organización.
Al triunfo de la Revolución fue promovido a Profesor Titular. Integró las ORI y fue fundador del PURSC, devenido luego PCC.
Después de la invasión de Playa Girón, el país se quedó sin ningún grupo que practicara la cirugía cardiovascular, a consecuencia del éxodo de médicos que tuvo lugar. En 1962, el entonces Ministro de Salud Pública, comandante José Ramón Machado Ventura, le encargó reorganizar la cirugía cardiovascular en el país. Así, en compañía de los doctores Julio Taín Blazquez, Felipe Rodiles Aldana y Manual Jacas Tomes, cirujanos; Gilberto Gil, anestesista y Marta Corpión, enfermera, se trasladaron al Hospital Comandante Manuel Fajardo, donde fue Director y colaboró en la fundación del Departamento de Cirugía Experimental y en 1966, se constituyó el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular en el propio Hospital, trasladándose luego al edificio que ocupaba la Clínica Antonetti, en 17 y A, en El Vedado, donde se encuentra actualmente.
En noviembre de 1984 se creó el Servicio de Cirugía Cardiovascular en el "Hospital Hermanos Ameijeiras", bajo su dirección. El 9 de diciembre de 1985 protagonizaba la gran hazaña: se realizaba el primer trasplante de corazón en Cuba, a menos de dos décadas de haberse realizado el primero en el mundo, al paciente Jorge Hernández Ocaña, obrero cubano, de 31 años de edad, convirtiéndose en el primer cubano que recibía un corazón de otro ser humano.
A lo largo de su vida profesional participó en eventos nacionales y extranjeros y publicó artículos en revistas nacionales y extranjeras. Por sus extraordinarios méritos como profesional, docente, investigador y militante revolucionario, recibió numerosos reconocimientos, entre los que destacan: Miembro de Honor de la Sociedad Dominicana de Cardiología, Miembro de la New York Academy of Sciences, Miembro de Honor de la Academia de Ciencias de Cuba, Presidente de la Comisión de Ética de la Ciencia y Presidente del Comité Nacional Cubano de Bioética, adscripto a la Academia. Desde esta última responsabilidad, que desempeñó hasta el año 2009, en que por razones de salud no pudo continuar ejerciéndola, aglutinó a su alrededor a un grupo de profesionales que, basados en su propio ejemplo, han defendido el derecho de las personas a ser respetadas, tanto en el proceso de atención a su salud como en su participación en las investigaciones biomédicas y sociales.
Por todos estos méritos acumulados a lo largo de su trayectoria profesional, científica y profesoral y sus valiosos aportes a las ciencias médicas, la Sociedad Cubana de Historia de la Medicina le otorgó la categoría de Miembro de Honor, en el año 2010.
Pero el eminente cirujano, profesor y académico, comprometido con su Revolución, no abandonó nunca su misión de esposo, padre y abuelo, cumplida con gran amor. Su familia, legítima martiana, le supo pagar también con amor.
Hace algunos años, le pregunté cuáles eran las virtudes que más admiraba en sus compañeros de profesión y -sin pensarlo mucho- contestó:
- el respeto a sí mismo, a los pacientes y a los compañeros de trabajo.
- la pasión por la excelencia en el trabajo.
- la rigurosa disciplina en el trabajo.
Y cuando le pregunté cuáles eran los defectos que no toleraba en sus compañeros, contestó rápidamente:
- la indisciplina
- la falta de dedicación
- la falta de compromiso social
- la falta de profesionalidad
Y al preguntarle las razones por las cuales no toleraba esos defectos, me dijo: “Porque todos ellos generan siempre maltrato a los pacientes, quienes deben ser la razón de nuestra existencia como profesionales de salud”.
Este era el médico, cirujano cardiovascular, directivo, profesor, científico, académico, militante comunista, que poseyó las virtudes que él mismo admirara en sus compañeros de profesión: el respeto a sí mismo, a los pacientes y a los compañeros de labor, la pasión por la excelencia y una rigurosa disciplina en el trabajo, razón por la que honramos, una vez más, en este 92 Aniversario de su natalicio.
¡Gracias, una vez más, respetado, admirado y querido Profesor Julio Noel González Jiménez por su entrega apasionada a su profesión, a su especialidad y a sus sueños revolucionarios de justicia social, por haber sido hombre de su tiempo, comprometido con su tiempo, con verdadera vocación de servicio, ejemplo para las actuales y futuras generaciones de médicos cubano. ¡Por eso NO podremos olvidarlo NUNCA!....
Profesora Consultante María del Carmen Amaro Cano
Sociedad Cubana de Historia de la Medicina.
La Academia de Ciencias se suma a las felicitaciones a todos los Académicos de su Seccion de Biomedicina y a todos los trabajadores de la Salud.
"En honor a Carlos J. Finlay, gran médico, la fecha de su natalicio quedó instituida como el Día de la Medicina Latinoamericana, su ejemplo constituye estímulo para quienes como él, consagran su vida a la conciencia, a las investigaciones, a combatir las enfermedades, y a hacer de la atención médica un derecho cotidiano de la humanidad.
La Representación de Organización Panamericana de la Salud en Cuba, reconoce y felicita a todos los trabajadores de la salud"
Ver links:
https://www.paho.org/cub/index.php?option=com_content&view=article&id=170:3-diciembre-dia-medicina-latinoamericana&Itemid=426
https://www.ecured.cu/D%C3%ADa_de_la_Medicina_Latinoamericana
Elogio del Vicepresidente de la Academia Dr. C. Carlos Rodríguez Castellanos, en ocasión del otorgamiento del Doctorado Honoris causa de la Universidad de La Habana al Académico de Mérito Dr. C. Agustín Lage Davila.
¡Felicitaciones para Agustín de todo el cuerpo académico!
En esta ocasión la Oración será pronunciada por el Académico de Mérito Vicente Verez Bencomo, quien fue el líder del equipo que logró desarrollar la vacuna contra el Haemophilus influenza tipo b, causante de graves enfermedades infecciosas en los niños y que constituyó una novedad mundial al convertirse en la primera vacuna con un antígeno obtenido por síntesis química.
Acreedor de la Medalla de Oro de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, Doctor Honoris causa de la Universidad canadiense de Quebec, Orden Carlos J. Finlay 1995.
Desde el año 2015 dirige el Instituto Finlay de Vacunas, Institución con relevantes aportes y resultados en el enfrentamiento a la Covid 19 entre los que se encuentra por su relevancia el desarrollo de los prototipos vacunales de la serie Soberana.
El acto será presidido por altas autoridades del país y el Presidente de la ACC.
DIA VIERNES 11 DE DICIEMBRE, 2020
HORA: 10 AM
SALON ERNESTO CHE GUEVARA, del Ministerio de Salud Pública de Cuba.
En primer lugar, somos herederas de una cultura de sembrar el estudio y el afán por conocer el mundo, de una pléyade de cubanos que, desde Félix Valera, José de la Luz y Caballero, José Martí, hasta tantos y tantas maestras que en nuestras escuelas nos motivaron y orientaron hacia una cosmovisión basada en el método y la certeza científica. Somos herederas de una voluntad política de inclusión desde 1960 cuando Fidel trazaba la estrategia de fundar un país de hombres de ciencias, abrir oportunidades a todo el que quisiera estudiar, sin “techo” desde licenciaturas, ingenierías, maestrías, doctorados, posdoctorados, sin límites, donde la cota la ponía uno mismo, fuera hombre, fuera mujer, negro, mulato, pobre, campesino, hijo de obrero. Desde todas las provincias y lugares más recónditos de Cuba acudimos a alfabetizar y la mayoría de las que alfabetizamos fuimos mujeres y la mayoría de los que fueron alfabetizados eran mujeres. Por doquier de esta pequeña isla se abrieron universidades, muchas fuimos a estudiar a las mejores universidades europeas, no solo a las del campo socialista sino también a otras instituciones de alto prestigio mundial.
62 años después ¿Por qué somos las mujeres cubanas más del 66 % de la fuerza laboral para la actividad científico-técnica? ¿Por qué somos hoy la Academia de Ciencias de Cuba que más porcentaje de mujeres tiene entre las Academias del mundo? ¿De dónde salimos tantas mujeres científicas?, ¿De la nada?
Hoy, día mundial de los Derechos humanos queremos manifestar una vez más que la ciencia cubana y las científicas de hoy somos un fruto genuino de la Revolución cubana y que continuaremos forjando una sociedad mejor, socialista, inclusiva, próspera y sostenible.
COMISION DE MUJERES ACADEMICAS, ACC, LA HABANA 10 DE DICIEMBRE 2020.
#ACADEMIADECIENCIAS
#CITMA
#SOMOS_ACADEMIA
#CUBA
En esta ocasión el programa de la actividad será:
• “Breves notas sobre la histórica visita de Albert Einstein a La Habana” por el Académico de Honor Dr. C. José Altshuler
• “Impactos tecnológicos de la obra de Einstein, por el Académico de Mérito y Vicepresidente de la Academia, Dr. C. Carlos Rodríguez Castellanos
• “Nombrando Planetas Extrasolares“: Entrega de certificados del Concurso de la Unión Astronómica Internacional
En la modalidad presencial de estas Puertas abiertas de Diciembre, tendrá lugar un encuentro, solo por invitación, debido a la capacidad del lugar que solo admite 30 personas por medidas de distanciamiento y seguridad sanitarias en el:
ANFITEATRO “MANUEL F. GRAN”,
FACULTAD DE FISICA, UNIVERSIDAD DE LA HABANA
Visite los sitios de Facebook de la Academia de Ciencias de Cuba y de Juventud técnica donde podrá asistir al unísono posteriormente cuando desee y pueda realizar preguntas, comentarios de la celebración de este importante acontecimiento.
El Comité Permanente creado por las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de los Estados Unidos (NASEM), publicó en diciembre de 2020 el reporte “Una evaluación de enfermedades en empleados del gobierno de EEUU y sus familiares en embajadas en el extranjero". Las enfermedades mencionadas en el título del reporte se refieren principalmente a padecimientos de salud reportados por personal de EE.UU. ubicados en Cuba y en menor grado en China. Este documento resume la valoración inicial de la Academia de Ciencias de Cuba sobre el informe del Comité Permanente, sobre la base del trabajo realizado por un panel de expertos que ha estado investigando tales padecimientos de salud durante más de dos años y tomando en cuenta criterios de expertos internacionales, incluidos los que participaron en el Taller ¿Existe el síndrome de La Habana?, que apropiadamente se celebró en La Habana en Marzo de 2020.
Transcurrido un duro año 2020 y aun en medio de la terrible pandemia, les felicitamos, a todo el cuerpo académico y muy en especial a los que han estado trabajando directamente en el enfrentamiento de la COVID19.
Hoy tenemos ya más de 100 académicos trabajando como en diferentes Programas del gobierno y Consejos técnicos asesores de OACEs y OSDEs con el empeño de poner más ciencia en todas las demandas que nos impone el desarrollo económico de nuestro país.
Con el más ferviente deseo de MUCHA SALUD Y PAZ para este nuevo añ0 2021 que, con el advenimiento de un nuevo Aniversario de la Revolución cubana, con toda seguridad enfrentaremos con entereza y compromiso, y sobre todo haciendo y aplicando la ciencia por el bien de la Patria.
Con un fuerte abrazo virtual, les saludan
EL PRESIDENTE Y EL CONSEJO DIRECTIVO ACADEMIA DE CIENCIAS DE CUBA
Cada 7 de enero la comunidad científica cubana rinde tributo a uno de los más notables científicos en las áreas de la Agricultura y la Ganadería, André Voisin. Muy relevantes aun hoy son sus teorías y resultados probados sobre el llamado pastoreo racional, como una tecnología eficiente de manejo de pastos, que fueron introducidas en muchas partes del mundo y también en Cuba con importantes logros.
Había nacido de 1903 en Francia y llegó a nuestro país, invitado por Fidel, el 3 de diciembre de 1964, movido por su humanismo y grandes deseos de ayudar a Cuba y a su triunfante Revolución.
Lamentablemente, la muerte lo sorprendió muy pronto, el 21 de diciembre de ese mismo año 1964, en La Habana. Todos sus libros, biblioteca, documentos, fueron donados y forman parte del patrimonio de la Academia de Ciencias de Cuba.
Este año, y como es la tradición, la Academia de Ciencias de Cuba invita a una peregrinación y rinde homenaje a este eminente científico, de conjunto con el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio ambiente y la Embajada de Francia en Cuba. En esta ocasión, el tributo será pronunciado por el destacado Académico Titular Giraldo Jesús Martin Martin, Investigador y Profesor Titular de la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey de Matanzas y perteneciente al Ministerio de Educación Superior.
El momento de recordación a Voisin tendrá lugar el jueves 7 de enero a las 9am, en el Cementerio de Colón, entrada principal.
Queridos colegas académicos, investigadores, profesores, estudiantes y todas las personas que de una manera u otra se vinculan con la actividad científica:
Existen acontecimientos que ocurren en las sociedades y que trascienden las diferentes épocas, ya sea por la historia que llevan implícita, por sus impactos directos en la sociedad, por su relevancia, o porque se convierten en hechos de obligada consulta y de reflexión, o porque nos señalan el camino o la ruta hacia dónde debemos dirigirnos para que la sociedad sea próspera y sostenible. Y se hacen más valiosos si nos dejan una vía para asumir los cambios renovadores, facilitando que el tiempo se convierta en el mayor innovador.
Uno de esos acontecimientos ha hecho que cada 15 de enero, en Cuba, la comunidad científica, académica, docente –y ya me atrevería a decir hoy que el pueblo en general– celebremos el día de la Ciencia Cubana. No es un hecho aislado o fortuito, sino que forma parte de un conjunto de acontecimientos sociales que están relacionados entre sí. La construcción de una sociedad basada en el conocimiento, teniendo como base su principal riqueza: el capital cognoscitivo, es el fruto de un país que apostó y apuesta por los hombres y mujeres de pensamiento y de ciencia. Muy temprano, Fidel pudo darse cuenta de que el desarrollo acumulado hasta aquel momento en materia de científicos, instituciones y de información era insuficiente en relación con la magnitud del proyecto revolucionario que la sociedad cubana necesitaba.
Ese discernimiento se acompañó de un grupo de acciones que marcaron una época, tales como la Campaña de Alfabetización, el aumento del número de maestros, escuelas, estudiantes, de la escolarización primaria y secundaria, de las universidades; la creación de nuevas instituciones, así como la formación y el entrenamiento de un capital humano. Todo ello tenía un propósito, que era fomentar el desarrollo de una sociedad nueva. Fidel lo dejó claro en su discurso de ese día al afirmar que “…los científicos, los investigadores, tienen todas las oportunidades, sobre todo, la gran oportunidad de que cada una de las cosas que realicen, cada uno de los esfuerzos que hagan, van a beneficiar directamente a su pueblo y a su patria.”
La historia nos ha dado la oportunidad y el privilegio de que ese discurso, ese llamado estratégico fuera pronunciado en la Academia de Ciencias de Cuba, institución que tiene sus antecedentes en la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, fundada el 19 de mayo de 1861 en la capilla de la Real y Literaria Universidad de La Habana, la única real academia que existió en una colonia hispana y la primera academia del continente americano. Fue la principal institución científica de la nación cubana durante la segunda mitad del siglo XIX, y contó con brillantes científicos como Finlay, Poey, Albear, Reynoso, Albarrán, Gunlach, de la Torre, entre otros. Es la primera institución científica multidisciplinaria creada por la Revolución cubana en 1962.
Estimados académicos, científicos, colegas todos, desde este majestuoso paraninfo, recinto emblemático, sitio de reuniones de los científicos, lugar donde confluyen los hombres y mujeres de ciencia, los intelectuales, los académicos, donde se unen los talentos, se funden los conocimientos, se integran los saberes para analizar y discutir los temas de interés para el desarrollo de la nación, nos honra el mérito de celebrar el día de la ciencia cubana.
La vida nos puso en el camino uno de esos fenómenos azarosos, que ocurren muy aisladamente, tal vez, al decir del Director General de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom, de esos eventos que ocurren una vez por siglos y que sus efectos se harán sentir durante décadas. Nos referimos a la pandemia producida por el nuevo coronavirus, que ya ha afectado a 189 países, donde casi 90 millones de personas han enfermado y alrededor de 2 millones han fallecido. La humanidad sufre la peor crisis sanitaria de los últimos 100 años. Las economías han colapsado; la movilidad de los seres humanos se ha limitado significativamente las desigualdades sociales se evidencian considerablemente; los sistemas de salud de los países desarrollados han colapsado.
El año 2020 nos puso a todos a prueba, y ha quedado gravado en la historia de la humanidad, no solo por las grandes y desafiantes dificultades asociadas a la COVID-19, sino también por el progreso, la resistencia y el esfuerzo humano con que enfrentamos la pandemia.
La crisis de salud pública mundial puso a los científicos en el punto de mira internacional. La pandemia conllevó la necesidad de proporcionar información sobre aspectos clínicos, fisiopatológicos, epidemiológicos, tratamientos, así como avanzar en el desarrollo de vacunas a una velocidad nunca antes vista en la historia de la medicina mundial.
Por otra parte, el incremento de la expansión del virus, y con ello de la cantidad de sujetos infectados, demostró la necesidad de avanzar de manera más urgente en las investigaciones y de compartir sus resultados, lo que facilitó una ciencia abierta de emergencia. Ha sido un cambio de paradigma motivado por la necesidad en la inmediatez de las respuestas médicas. Esta es una lección aprendida que, como tantas otras, será necesario aplicar a otras enfermedades como las respiratorias, por las que anualmente mueren 8 millones de personas, o el cáncer, que provoca la muerte de unos 10 millones, e igual para otras crónicas no transmisibles, como las cardiovasculares, que matan a unos 18 millones de seres humanos. Ello facilitaría acciones globales para salvar miles de vidas. Por supuesto, siempre teniendo presente que a este tipo de ciencia debe caracterizarla un proceso riguroso, fiable y transparente.
En Cuba, se enfrentó la pandemia desde los primeros momentos y se logró su control, lo cual no significa que no enfrentemos nuevos retos de manera periódica, pero ya con una experiencia acumulada, que permite la adopción de nuevas medidas de control. Los científicos cubanos, los académicos, los profesores y la sociedad en general lograron la integración y la transdisciplinariedad en función de una meta común, donde la interacción del Gobierno con la ciencia ha estado en el centro de esta batalla. Ello ha garantizado la inmediatez en la toma de decisiones, el progreso de las investigaciones y la conexión de las investigaciones biomédicas y la asistencia médica, emergiendo como un modelo sin precedentes. Este modelo facilitó el desarrollo de acciones desde las comunidades, los centros de atención, institutos de investigaciones, empresas y universidades, para la aplicación de un protocolo de tratamiento que se actualiza con base en los resultados y la evolución de los sujetos at
endidos. Un gran logro ha sido el desarrollo de medicamentos innovadores y de 4 candidatos vacunales que se encuentran en fase de ensayo clínico.
La Academia de Ciencias de Cuba (ACC) arriba a esta fecha con un incremento significativo de sus funciones consultivas, así como en su apoyo a las acciones de enfrentamiento a la COVID-19, actividades de promoción de las ciencias, creación de nuevas filiales, asesoría de los consejo técnicos asesores (CTA) de las organizaciones superiores de dirección empresarial (OSDE) y los organismos de la administración central del Estado (OACE), participación de los programas priorizados de la dirección del país, el fortalecimiento de la revista Anales de la ACC, o actividades con organismos internacionales, como fue la creación del grupo de expertos para la consulta de la COVID-19, y también otras vinculadas con la atención a las jóvenes generaciones y el desarrollo de investigaciones en sujetos convalecientes.
Queremos aprovechar este día de la ciencia cubana para enviar un mensaje de felicitación y agradecimiento a todos los académicos cubanos, a nuestros jóvenes asociados, a toda la comunidad científica, a los profesores, estudiantes, miembros de las diferentes asociaciones científicas, a los cuadros de dirección y al pueblo en general, quienes han cambiado sus espacios de trabajo o han puesto en pausa otras investigaciones para salir al enfrentamiento de la pandemia de COVID-19. Un sincero agradecimiento a todos por sus contribuciones, por su consagración y compromiso. Me siento realmente orgulloso de ser parte de los científicos cubanos, de dirigir esta institución oficial del Estado cubano y de trabajar junto a personas que marcan la diferencia.
Los exhortamos a que sigamos en el camino de la integración, de la unión intersectorial y transdisciplinaria para lograr ese bloque científico sin límites ni fronteras entre nuestros conocimientos. Esta es la manera para seguir captando, sumando ideas, conceptos, siendo inclusivos, ampliando nuestra cooperación y sumando esfuerzos. Es la manera de pensar y de actuar como país y de asistir al llamado realizado por el Presidente actual, que ha ubicado a la ciencia en un lugar cimero. Hemos de andar todos unidos porque “es deber del hombre levantar al hombre”, como dijera nuestro héroe nacional. Esto es lo que nos permitirá alcanzar el objetivo común de estos tiempos: vencer la pandemia, mantener nuestra soberanía y avanzar hacia un país que viva de sus producciones científicas.
Terminaré con el llamado que Fidel hizo a la comunidad científica que se erigía en aquella etapa: “… es el minuto en que todas las inteligencias tienen que ponerse a trabajar, en que todos los conocimientos no son suficientes para la obra que se realiza y son necesarios más conocimientos: y así, el científico, como el artista, tiene hoy el escenario ideal donde su inteligencia y su talento pueden encontrar desarrollo pleno en busca de la verdad y del bien.”
Muchas gracias